Richard Davidson es un psicólogo la Universidad de Wisconsin que
lleva una vida muy “ocupada”. Durante décadas, Davidson ha mantenido
una fascinación enorme con la meditación. A raíz de este interés
consiguió mantener una estrecha relación con el Dalai Lama y lo guió en
la ciencia de las emociones humanas.
Una de las cosas que hizo que Richard se
interesara por cómo controlar las emociones fue el darse cuenta que
diferentes personas respondían a los mismos estímulos de maneras
altamente contrastantes. Una broma inofensiva podría inducir a una
persona a reír, a otra a llorar, y a otro a tomar cualquier otra
actitud. Davidson estaba convencido de que esta variabilidad también se
manifestaba en la vida cotidiana en una mayor o menor vulnerabilidad de
los individuos ante las dificultades de la vida. Por lo tanto, fue
pionero en el campo de la neurociencia afectiva, el estudio de los
mecanismos neurales de la emoción.
Davidson ahora dirige el “Centro para la Investigación de las Mentes
Sanas de la Universidad de Wisconsin-Madison”, y después de tres décadas
de investigación, ha propuesto que la plasticidad cerebral, es decir,
su capacidad de alterar sus propiedades biológicas, químicas y físicas,
probablemente se extienda a las emociones. De este modo, sugiere que
podemos participar en prácticas mentales sistemáticas para cambiar
aspectos de nuestro estilo emocional.
En sus propias palabras: “Normalmente no pensamos en la felicidad
como una habilidad, pero para mí, no hay razón para pensar en ello de
manera diferente a tocar el piano o jugar al ajedrez.” Su
investigación ha demostrado que la meditación puede cultivar la
compasión y de hecho alterar los circuitos cerebrales asociados con el
procesamiento de la emoción. Otros estudios han encontrado que la
meditación puede mejorar la concentración, la atención y la
concentración, y potencialmente incluso aumentar la materia gris
responsable del aprendizaje y la memoria. De hecho, el Departamento de Defensa Americano está ahora empleando técnicas de meditación para entrenar a soldados en resiliencia emocional, para prevenir o mitigar los efectos del trastorno de estrés post-traumático.
Tips para aprender a mejorar tu autocontrol
- Encuentra un lugar tranquilo y dedica tiempo a visualizar a algún compañero que conozcas que se lamenta por haber perdido una partida y sufre. En cada inhalación imagina que estás tomando ese sufrimiento, y en cada exhalación imagina que el sufrimiento se ha transformado en compasión. Haz esto durante unos diez minutos, de cuatro a cinco veces a la semana.
- La emoción “impotencia” nace de un patrón de logro imperfecto. Y cuando sentimos impotencia durante una partida también sentimos falta de control, y la falta de control es una de las peores emociones que puedes percibir. Algunos jugadores simplemente no juegan de manera combativa. Pueden tener una buena técnica ajedrecística y dominar algunas aperturas, pero ante las dificultades empiezan a dejar paso a una especie de desamparo. Y no digamos nada de la pérdida de material sin compensación o de errores “tontos”. Ese sentimiento de descontrol es la clave para no ganar partidas. ¿Cuál es el remedio? Dejar de estar expuesto a lo que puedes percibir como resultados incontrolables, experimentar mayores éxitos y tener una plena conciencia de ellos. Para ello es mejor fijarse metas de “ejecución” que de “resultado”. De esta manera puedes tener un sentimiento de éxito incluso cuando pierdes.
- Fijarse metas de ejecución. Este tipo de metas hacen referencia a objetivos de la actuación: estar concentrado al 100% en la partida, ser más agresivo, jugar con un sentido más práctico y menos perfeccionista… Si te enfocas en ganar exclusivamente será mucho más probable que pierdas el control de la partida. En cambio, puedes enfocarte en metas de este tipo directamente y pronto verás que en cada partida puedes marcar la diferencia.
- Los tips anteriores también te ayudarán a mejorar tu inteligencia emocional. Aprende más de cómo el ajedrez mejora tu inteligencia emocional.
Para acabar contaré una experiencia
personal en este sentido. El año en el que conseguí jugar con una
performance de 2430 en una competición de 11 partidas evaluada para ELO
FIDE, había estado preparándome gracias a la ayuda de mi amigo y GM Herminio Herraiz con
este tipo de mentalidad y experimentando una autoconfianza creciente.
Realizaba ejercicios semanalmente y apenas me enfocaba en los resultados
de la competición, sólo en dar lo mejor de mí en estos ejercicios.
Ejercicios que cada vez eran más complejos y me exigían calcular
variantes muy difíciles (para mi nivel al menos). Con el tiempo, se
construyó en mí una mentalidad de total seguridad, podría decir que de
invencibilidad. Tenía una especie de certeza en mis resultados, sólo
podían ser positivos porque los ejercicios eran positivos y esa
mentalidad fue la que me llevó a conseguir los casi 2 mejores años de mi
vida como jugador.
Si quieres aprender más sobre este tema te recomiendo este artículo de psicología de un Blog amigo, es muy interesante.
Bibliografía
Heller AS, Fox AS, Wing EK, McQuisition KM, Vack NJ, Davidson RJ. (2015) The Neurodynamics of Affect in the Laboratory Predicts Persistence of Real-World Emotional Responses. Journal of Neuroscience.
Birn RM, Shackman AJ, Oler JA, Williams
LE, McFarlin DR, Rogers GM, Shelton SE, Alexander AL, Pine DS, Slattery
MJ, Davidson RJ, Fox AS, Kalin NH. (2014) Extreme
early-life anxiety is associated with an evolutionarily conserved
reduction in the strength of intrinsic functional connectivity between
the dorsolateral prefrontal cortex and the central nucleus of the
amygdala.
Fuente: www.thezugzwangblog.com
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